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Modos de generar código de tiempo

Modos de generar códigos de tiempo

Continuamos hablando de los códigos de tiempo en este nuevo capítulo. Vamos a hablar de los cinco modos diferentes de configuración del código de tiempo que podemos encontrar en cualquier cámara cinematográfica digital actual.

La primera configuración, la más básica, se llama Free Run/Time of Day. El código de tiempo en este caso, se comporta como un reloj que marca exactamente la hora del día, con independencia de la grabación. Es decir, sigue corriendo cuando tenemos la cámara parada sin grabar, siempre y cuando esté encendida. Si nosotros apagamos la cámara, siempre que tengamos esta configuración, la pila interna de la cámara, mantiene el Free Run avanzando, con lo cual, se mantiene en todo momento, la hora del día. Así, podemos detectar rápidamente las diferencias que hay entre el código de tiempo en la grabación y cualquier error posible que hubiera en claqueta. El Free Run/Time of Day es muy útil en aquellas grabaciones en las que necesitamos imperiosamente saber en qué momento del día exactamente se ha hecho esa toma.

El siguiente modo de configuración es el Free Run/User Bit . La diferencia que tiene con el anterior, es que aquí es el usuario el que determina cuál es exactamente la numeración de inicio del contador, es decir, que no está cuadrado exactamente con la hora del día en este caso. El siguiente modo de configuración es el Record run o Rec run, cuando lo vemos en la pantalla de la cámara. El modo Rec run avanza en el momento en que avanza la grabación y deja de contar en el momento en que la paramos, pero mantiene el conteo. Es decir, que cuando nosotros volvemos a grabar, parte del punto exactamente donde se había quedado y la mayoría de las cámaras, por no decir todas, permiten mantener esa numeración, aunque nosotros vayamos al modo de reproducción, de manera que, se puede mantener el código de tiempo de todo aquello que hemos grabado, pero no se mantiene en los intervalos que hay entre grabaciones. Con lo cual, no es, por ejemplo, el más práctico, si vamos a usar varias cámaras y queremos sincronizarlos a posteriori. Es una manera de hacerlo como cuando se hacía con cinta magnética, que era la única manera de contar el tiempo.

El cuarto modo es el modo External, que se admite el código de tiempo generado por una fuente externa a la cámara. Por último, se denomina Jam-Sync, al proceso por el cual se sincroniza esta generación de código de tiempo externa, con el reloj del código de tiempo interno de la cámara. Esto significa que en el momento en que nosotros liberamos esa conexión, el reloj interno de la cámara sigue manteniendo la sincronización con el dispositivo externo. El dispositivo externo suele ser un generador de códigos de tiempo, como el Master Lockit. Al hacer esto, aunque se desconecte, se mantiene la sincronización durante una serie de horas. Esto depende de la precisión que tenga tanto el dispositivo externo, que suelen ser increíblemente precisos, como el interno de la cámara, que suelen serlo menos, pero suficiente como para mantenerse durante una serie de horas con sincronización con respecto al externo. Para que funcione bien, tanto el de la cámara, como el externo tienen que estar en modo Free run.

Ya hemos hablado en un vídeo anterior de cómo se regulaban los ángulos de obturación en cine y por qué se habían elegido los estándares que se utilizan a día de hoy, de ángulo de obturación o de velocidad de obturación. Lo cierto es, que en la actualidad la gran mayoría de las cámaras, son cámaras electrónicas, con lo cual, no existe necesariamente, una verdadera obturación mecánica. La obturación es electrónica y eso nos abre una serie de posibilidades enormes, ya no de saber exactamente cuál sería el estándar con el que tenemos que trabajar, sino qué pasa si nosotros decidimos adaptar la intención creativa del director y trasladarla a la imagen, aprovechando la versatilidad que tenemos con las velocidades de obturación electrónica. Es decir, qué efectos curiosos, adecuados a la historia que vamos a contar, se pueden generar, utilizando ángulos de obturación que no son los comunes. Vamos a hablar a partir de ahora, de todas las posibilidades que esto implica y de por qué los pasos, a la hora de adoptar esta serie de elecciones, han sido por ahora un poco vacilantes, porque siempre existe el miedo de meterse en territorios en los cuales el espectador no soporte lo que está viendo, o la fatiga visual sea demasiado grande para que lo aguante durante demasiado tiempo.

Por ejemplo, las diferencias que hay en la imagen cuando utilizamos un ángulo de obturación de casi 360 grados, cuando normalmente el estándar suele estar entre 358 y 359 grados, es una imagen completamente diferente a la que estamos acostumbrados. Hay muchos directores de fotografía que no quieren ni oír hablar de experimentar con esto, dado los efectos que puedes conseguir en la imagen y tienen una preocupación, de cara al espectador. Por supuesto, cada cual es libre y cualquier elección es legítima, siempre y cuando ayude a contar la historia y ayude a que el guión funcione. Si vamos a saltarnos un poquito los estándares tradicionales, hay que conocer los efectos que tiene, porque de nada sirve transgredir algo que no conocemos en primer lugar. La manera más simple de valorar exactamente cuáles son los efectos de los ángulos de obturación en la imagen, es simplemente utilizar una linterna o una bombilla, de cara a cámara. Con una imagen en completa oscuridad, rodar con distintos ángulos de obturación, a 24 fotogramas por segundo, e ir desplazando constantemente la bombilla para ver los efectos.

En este capítulo, Julio hace algunas pruebas con distintas aperturas de obturación, para enseñarnos a valorar los efectos de los ángulos de obturación en la imagen.

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