Ver todos los artículos Tutorial: Ángulos y velocidad de obturación por Julio Gómez Como ya contamos en la serie de capítulos que dedicamos a la historia de las velocidades de filmación, uno de los elementos clave más importantes para la visión final de nuestros proyectos por parte de un espectador es el componente cultural. Este depende no solo de una cadencia estandarizada de fotogramas por segundo a la que estamos acostumbrados y asociamos con el cine sino también a una velocidad de arrastre (fillage) entre un fotograma y el siguiente. El desenfoque de movimiento al que hacemos referencia depende en gran medida del ángulo de obturación con el que hayamos filmado las imágenes. El punto de vista desde que interpretamos la realidad depende también de todo aquello que hayamos experimentado en la vida, la cultura, la gramática cinematográfica que observamos en el cine, en la televisión, en una tablet, etc. Todo esto influye en aquello que consideramos una imagen de calidad.La propia expresión “ángulo de obturación” es un anacronismo que nos retrotrae a la época de los pioneros en el cine. Las cámaras de finales del siglo XIX y principios del siglo XX contaban siempre con un obturador rotatorio. Y este obturador era un disco plano, giraba a una velocidad constante en sincronización con el mecanismo de arrastre de los fotogramas de la película. Lo que hacían los operadores en aquel momento era intercambiar según el ángulo distintos discos en la propia cámara. El círculo más sencillo tenía abierta la mitad de su circunferencia abierta, y por lo tanto, correspondía a un ángulo de 180º, que se ha interpretado como el estándar para rodar cualquier tipo de película. Este estándar se convirtió en el que marcaba el desenfoque de movimiento al que los públicos de todo el mundo se acostumbraron al empezar a ver imágenes cinematográficas. Para modificar la velocidad de exposición había que cambiar físicamente el disco. cuanto menor era el ángulo, mayor era la obturación y viceversa. Con el tiempo, el cambio de los discos pasó a ser algo que realizaba el mecanismo interno de la cámara. Y con la llegada de las cámaras electrónicas se sustituyó el ángulo de obturación por la velocidad de obturación, que en realidad es la que deberíamos utilizar como término a día de hoy con cualquiera de las cámaras de cinematografía digital. Se puede hacer una equivalencia entre el ángulo de obturación y la velocidad. Suele ser un cálculo muy sencillo saber exactamente a qué ángulo de obturación corresponde cada velocidad. Velocidad de obturación La fórmula para hallar la velocidad de obturación equivalente a cualquier ángulo es simplemente dividir un segundo entre el número de fotogramas por segundo que va a tener el proyecto multiplicado por 360 y a su vez dividido entre el ángulo que deseamos obtener. A velocidades de obturación muy elevadas se producen imágenes cada vez más obturadas y más contrastadas y que parece dar pequeños saltos entre un fotograma y el siguiente. A este fenómeno se le conoce como stacatto y genera fatiga visual y tensión en el espectador. Las velocidades de obturación relativamente bajas que son necesarias para filmar, implican que si vamos a trabajar en exteriores y no tenemos fuentes de iluminación en las que podamos controlar la frecuencia, hay que utilizar prácticamente siempre filtros de densidad neutra para poder mantener el control creativo y necesario de la profundidad de campo porque todos estos elementos tienen que saberse en consideración a la hora de elegir un ángulo de obturación. Artículos relacionados Entrevista a Ariadna Ribas, montadora de cine Oficios del cine: Casa Artigau, el paraíso del atrezzo para cine y teatro Entrevista a la productora audiovisual EMB Filmmakers 5 transiciones en cámara con un gimbal Comments Deja una respuesta Cancelar la respuestaComentario * Name* Email*