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Rodar un cortometraje y no morir en el intento

ESPACIO DIDÁCTICO

Por Noel Méndez Budia
Área de cine de la EMAV

Dedicado a Diana Perdomo

En el número de esta semana me gustaría hacer unas reflexiones en torno al rodaje de cortometrajes. Muchas personas tratan el cortometraje como un género menor, un mero escaparate para que se retraten sus virtudes técnicas o un aprendizaje para intentar rodar un largometraje. Mucha gente calcula tiempos, estilo, busca las tendencias, antes de tener la historia. Conste que no me parece mal, los seres humanos somos libres de hacer las cosas como consideremos. Pero yo me pregunto qué sentido tiene empezar la casa por el tejado. Si alguien quiere rodar un cortometraje será porque tiene algo que explicar, porque algo dentro de él le anima a contar esa historia de la mejor manera posible con todas sus fuerzas actuales y en ese género concreto. ¿Si en el momento de partida no hay emoción por la historia que se va a explicar tiene algún sentido seguir?

Tampoco me parece justo que se menosprecie el género del corto, haciendo un símil sencillo, y aunque las comparaciones literarias no son del todo correctas, un cortometraje seria como un cuento y un film como una novela. El cortometraje por su duración tiene un impacto y una estructura interna que debe estar muy bien focalizada en la trama principal, no hay tiempo que perder. Nadie pensaría que un cuento es un género menor así como tampoco lo es un cortometraje.

Muchos son los problemas a los que nos enfrentamos, escasa rentabilidad, presupuestos mínimos, dificultad de distribuirlo con garantías, encontrar a los locos que te sigan, esos aventureros tanto técnicos como artísticos que no cobraran nada, poca ayuda estatal, cultura audiovisual en este género inexistente. Así que será complicado tener las mejores imágenes y sonidos posibles partiendo de estas bases. Parece una ecuación imposible ya que el tiempo es necesario para asegurar la calidad. Una de las claves es una buena preproducción. Mima tu guión técnico, haz todas las pruebas necesarias, piensa en los encuadres, en los tiempos de acting, en el ritmo interno de los planos, en la edición, ten una buena continuidad, prepara la psicología de los personajes, trabaja con los actores, escucha los diálogos, piensa en la banda sonora, en los efectos de sonido, en el vestuario… Tomate el tiempo que necesites para prepararlo. Cuando tengo una historia que me emociona y quiero compartirla pienso que es lo mejor para ella. No la limito, no le pongo trabas, dejo que se expanda hasta estar casi perfecta. Después la explico a todo el mundo, busco opiniones, y la trabajo con el equipo despojándola de todo lo superfluo. Hay una fina línea en esto, entender que cosas son indispensables para que la historia se sustente y que cosas son superfluas. Así que cuando la tengas pulida vendrá el momento de hacer recortes debido al presupuesto, ten claro de que líneas no vas a pasar para asegurar la calidad y si el proyecto aún no puede rodarse espera, sigue trabajando en otras cosas dejando la ventana abierta para que el momento adecuado aparezca.

Después de tener una historia que te emociona es el momento de buscar a los locos que te van a seguir. El mejor anuncio para que entiendan esta realidad sería el que publicó en 1907 Ernest Shackleton en el Times «Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo escaso. Frío extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura el regreso. Honor y reconocimiento en caso de éxito”. Si 5000 personas respondieron el anuncio te aseguro que vas a ser capaz de encontrar a ese equipo. Una vez lo tengas habla con ellos, conócelos, implícalos. Sin un equipo implicado no es posible aventurarse el frío extremo de los problemas que te esperan.

Recuerda que un audiovisual es un trabajo colectivo, y un director es como un director de orquesta, sin sus músicos no hay música. En el trato con tu equipo debe haber atención, respeto y comprensión. Entender cuando hay que decir sí o no. Esto no es algo sencillo y necesita de mucha práctica y trabajo. Lo que te puedo asegurar es que el ego, los enfados y los tratos arrogantes nunca son buenos.

«Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo escaso. Frío extremo. Peligro constante. No se asegura el regreso. Honor y reconocimiento en caso de éxito»

Tener un buen equipo es difícil y cuando todos miembros del equipo brillan, la imagen que estás rodando tiene magia. Recuerda que si eres el director tú eres la cabeza visible, no te tomes prerrogativas o te sientas por encima, trabaja más que nadie para que las cosas salgan bien, cuanto más entregues más te será devuelto.
En los diferentes apartados técnicos siempre hablamos de la fotografía, el arte, el vestuario, el maquillaje y solemos olvidarnos de la producción. Sin embargo, la producción son las raíces. Es como la sangre que corre por nuestras venas, se encarga que todo llegue a su sitio. El desglose de guión, el plan de trabajo, las localizaciones, pedir permisos, organizar las jornadas, los transportes, el presupuesto y sacarnos de apuros cuando surgen los problemas. Ahí es donde un productor/a de calidad pone su magia y cuando encuentras a ese personaje mítico y lo ves trabajar, lo entiendes.

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