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Cada vez más profesionales del sector audiovisual alquilan espacios de coworking para trabajar y desarrollar su actividad.

Coworking, la forma moderna de entender y estar en el trabajo

Los espacios de coworking en la provincia de Barcelona han crecido más de un 40% en los últimos tres años

En cuestión de una década, e incluso menos, la forma de vida da giros vertiginosos. Uno de esos giros afecta especialmente a la forma de entender el trabajo, esencial para definirnos como personas individuales dentro de un mundo cada vez más glo­balizado e intercomunicado. El coworking en este sentido es una forma moderna de trabajar (aunque no nueva, ya lleva varios años instaurándose en las sociedades occidentales) cuyo objetivo parece ser, de primeras, compartir el espacio de trabajo, así como los gastos que de él se derivan. Pero en realidad, el concepto de coworking va más allá: su esencia se encuentra en la colaboración entre los coworkers (personas que comparten el espacio) para hacer fluir sinergias e intercambios de conocimiento entre materias que no tienen por qué ser de la misma índole, aunque suele darse sobre todo en el ámbito creativo.

En palabras de Jordi Silvente, presidente de la Asso­ciació Catalana de Coworking (Cowocat) y fundador de Alpha Espai: “El concepto de coworking trasci­ende el espacio y se erige como herramienta de dinamización laboral, económica y territorial”. Las relaciones rígidas del trabajo se relajan y tienden de una forma vertical a horizontal, siendo más flex­ibles, abiertas y sin una duración determinada. “La herramienta que vertebra el concepto del espacio es la dinamización de la colectividad, de la comunidad, es decir, la capacidad de los gestores del espacio de hacer que el networking, la conectividad, la tranver­salidad actúe para que se generen oportunidades empresariales, laborales, profesionales”, aclara Jordi Silvente.

Coworking en Barcelona

Los espacios dedicados al coworking han aumentado considerablemente en los últimos años. Según los datos facilitados por Cowocat, entre el periodo que va de 2013 a 2016, en Cataluña han aumentado en un 43%, un 21% solo en la provincia de Barcelona. La capital catalana cuenta ya con 102 espacios de coworking de los 167 que se registran en la Comu­nidad Autónoma.

Hay diferentes formatos dentro del concepto de co­working. Los hay públicos y privados, hay espacios enteros dedicados a ello, y hay oficinas que ceden sus espacios para este nuevo formato. No deja de ser una forma de subarriendo y, por lo tanto, una forma de negocio, sujeta a la especulación, aunque ello no encaje con los principios de base del concepto. “Hay que anotar que un espacio de coworking en sí, no es un gran negocio para lucrarse, a no ser que sea una gran inversión inmobiliaria por una gran firma o inversora como ocurre en USA o puede empezar a ocurrir en Europa”, apunta Jordi Silvente. No hay una regulación legal entorno al tema pero “sí un conocimiento y permisividad de facto por parte de la administración”.

Cowocat tiene como objetivo estar posicionado para cuando las administraciones regulen la cuestión (si es que lo hacen) y “poder aportar la realidad y el conocimiento adecuado para que éste sea el mas adecuado posible”.

“Un espacio de coworking en sí no es un gran negocio para lucrarse»

Estándar

Es un formato que se regula por sí mismo debido a una estandarización que se ha llevado a cabo por im­itación: “Hay un eje común: un espacio con mesas de trabajo en un espacio más o menos diáfano con sala o salas de reuniones, y un office equipado con conec­tividad y ofimática”, aclara Jordi Silvente. Hay una especie de acuerdo tácito sobre qué se debe ofrecer en un espacio de coworking: el mobiliario, que suele ser una mesa de trabajo, acceso a internet, luz, agua, climatización, gestión libre de los espacios comunes, limpieza… Además se crean actividades alrededor de este espacio que promueven y apoyan la forma de entender el coworking en el medio. Estos servicios corren a cargo y cuenta del propietario del espacio, quien decide qué ofrece y a que precio, normalmente a través de paquetes cerrados de contratación.

Hay 102 espacios de coworking en Barclona, cada uno con sus especificidades, sus precios e instala­ciones. Algunos de ellos son Betahaus, que lleva muchos años en activo, Pipoka con unos precios muy competitivos, Valkiria Hub Space, con unas intala­ciones envidiables, y Camaleó Coworking, especial­izados en el medio audiovisual. Este último dispone de plató en sus instalaciones que se puede contratar en su Pack Plató, incluyendo hasta dos sesiones de 6 horas al mes con el equipo fotografico necesario. Hay una gran disparidad de espacios y de precios, pero podemos encontrar los más económicos que van desde 70 hasta de 120 euros mensuales.

La moda del coworking

Hace unos años era novedad, pero a día de hoy ya estamos más que acostumbrados a escuchar esta nueva forma de entender el trabajo y, de hecho, podemos decir que está de moda, sobre todo en­tre los jóvenes freelance que recién empiezan o en startups. Aporta más facilidades económicas, rompe con el aislamiento de trabajar en casa, ayuda a hacer contactos y fomenta la colaboración en el entorno de trabajo. Esas colaboraciones interdisciplinares no solo hacen crecer al individuo profesionalmente, sino que enriquecen el medio a nivel local y regional, y al propio espacio de coworking, que se beneficia del éxito de esas colaboraciones.

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